Un salvador que entiende?
No tenemos un Salvador que esté aislado en el cielo sin tener idea de lo que se siente al tener luchas humanas. No, nuestro Señor dejó atrás las glorias del cielo y añadió la humanidad a su deidad. Renunció temporalmente al uso de algunos de sus atributos, aplicándolos sólo como el Padre le dirigió.
Jesús entiende precisamente cómo nos sentimos porque pasó por el mismo tipo de situaciones que nosotros. Aunque los detalles de nuestras vidas pueden no coincidir con las suyas, las experiencias y sentimientos son similares. Veamos varios ejemplos de cómo se identifica con nosotros:
- Un malentendido: La gente constantemente malinterpretaba sus afirmaciones de ser el Hijo de Dios.
- Rechazo: No fue apreciado por aquellos a los que llegó a amar y por los que murió.
- La presión: Las multitudes lo rodeaban, pidiendo ayuda y exigiendo su atención.
- Agotamiento: Experimentó toda la debilidad de la humanidad.
- La soledad: En Getsemaní, cuando más necesitaba compañía humana, sus amigos más cercanos se durmieron.
- La tentación: Satanás lo golpeó con todo tipo de ataque y tentación imaginables.
- El odio: Los líderes religiosos lo despreciaban.
- Injusticia: Aunque Jesús vivió una vida sin pecado, murió como un criminal.
- Dolor: Sufrió el insoportable dolor de los azotes y la crucifixión.
Sea lo que sea que estés pasando ahora, recuerda que Jesús sabe cómo te sientes y simpatiza con tu dolor y debilidad. Puede que no elimine la angustia o cambie tu situación, pero siempre te dará la gracia de resistir la tentación, soportar el sufrimiento y crecer en madurez espiritual.