¿Qué puede enseñarnos Pablo sobre tener una fe vibrante?
El apóstol Pablo tenía un fuerte compromiso de conocer y servir a Jesucristo. Su pasión y amor por el Señor era obvio, Jesús siempre fue central en su pensamiento, ya sea que trabajara como fabricante de tiendas, predicando a la multitud, o incluso sentado encadenado en la prisión. ¿Qué alimentaba su amor por el Señor?
La experiencia de conversión de Pablo en el camino de Damasco fue una fuerza motivadora en su vida. Agradecido por el don de la gracia que había recibido en la salvación, el apóstol le contó a mucha gente sobre su encuentro con el Cristo resucitado y su impacto en él. Nosotros también tenemos una historia que contar de la misericordia de Dios al salvarnos y de la nueva vida que tenemos en Él.
El celo de Pablo también provenía de su firme convicción de que el mensaje del evangelio era verdadero y estaba disponible para todos (Juan 3:16). En la cruz, Jesús tomó todos nuestros pecados – pasados, presentes y futuros – sobre sí mismo (1 Pedro 2:24). Sufrió nuestro castigo para que pudiéramos recibir el perdón y ser llevados a una relación correcta con Dios. A través de la fe en Cristo, hemos nacido de nuevo, y el Espíritu Santo que mora en nosotros nos ayuda cada día (Juan 14:26). Cuanto más entendamos lo que Jesús ha logrado en nuestro nombre, mayor será nuestra pasión por compartir el evangelio.
El desarrollo de una fe vibrante requiere tiempo y energía, además del compromiso de obedecer a Dios. Estudiar regularmente la Biblia fortalecerá sus creencias y le dará valor para hablar. Preocuparse por el bienestar espiritual de los demás te llevará a la acción. ¿Tienes la pasión de servir a Jesús dondequiera que te lleve?
Tomado de « Developing a Vibrant Faith » de In Touch Ministries (usado con permiso).
Publicado originalmente el 16 de enero de 2012.