Policarpo: ¿Nuestro ejemplo en la persecución?
En cierto modo, la persecución separará lo real de lo falso, lo genuino de lo falso. Si eres un verdadero seguidor de Jesús, no te echarás atrás si te persiguen un poco. Si Dios permite la persecución en tu vida, entonces te dará la fuerza para enfrentarla.
Encontramos que esto es cierto en el caso de Policarpo, un gran héroe de la fe cristiana. El pastor de la iglesia de Esmirna, fue martirizado el 23 de febrero en el año 155 d.C. Ese día, los juegos públicos se llevaban a cabo, y las multitudes fueron azotadas en un verdadero frenesí. Alguien gritó: «¡Que se busque a Policarpo!»
La noche anterior, Policarpo tuvo un sueño en el que la almohada bajo su cabeza estaba en llamas. Se despertó y dijo a sus compañeros creyentes, «Debo ser quemado vivo». Cuando Policarpo fue arrestado, pidió el privilegio de tener una última hora para pasar con el Señor en oración.
Cuando Policarpo entró en la arena romana, Dios le habló a su corazón y le dijo: «Sé fuerte, Policarpo, y hazte el hombre». El procónsul romano le dio a elegir entre maldecir el nombre de Cristo y hacer un sacrificio al César, o morir. Policarpo dijo: «Durante ochenta y seis años he servido al Señor. No me ha hecho ningún mal. ¿Cómo puedo blasfemar contra mi Rey que me ha salvado?»
Cuando el procónsul le amenazó con quemarlo en la hoguera, Policarpo respondió: «Me amenazáis con el fuego que arde durante un tiempo y se apaga rápidamente, pero no conocéis el fuego que espera a los malvados y el juicio que vendrá en el castigo eterno». ¿Por qué esperas? Ven y haz lo que quieras.»
La multitud enloqueció, proveyendo leña y leña de sus talleres. Allí estaba Policarpo, y prendieron fuego a la madera que lo rodeaba. Sorprendentemente, el fuego no le hizo daño. Se acercó a él y no lo quemó, mientras Policarpo cantaba alabanzas a Dios.
Finalmente, no pudieron esperar más y lo atravesaron con lanzas. Policarpo mostró verdadero coraje frente a la verdadera persecución.