¿Jesús dijo que existía desde la eternidad?
Ciertas cosas que Cristo dijo de sí mismo, ya sea en una declaración formal, o incidentalmente, revelan su propia existencia, como aparte de su relación, ya sea con Dios o con el hombre. En ciertos pasajes Él habló desde una conciencia eterna. Casi todas las grandes declaraciones de Cristo revelando su conciencia eterna, y concernientes a su relación con Dios, se encuentran en el Evangelio según Juan. El obispo Westcott dijo de este Evangelio, «El Evangelio de San Juan de principio a fin es un registro del conflicto entre los pensamientos de los hombres sobre Cristo, y la revelación de Cristo de sí mismo.»
La primera de estas declaraciones, «Salí y vengo de Dios», es una palabra muy notable, que no describe una comunión de cercanía con Dios, sino una que es esencial. La verdadera sugerencia de la declaración, «Yo salí de Dios», no es que haya salido del lado de Dios, de la compañía con Dios, como un ángel podría hacerlo; sino que salió del misterio esencial del Ser de Dios.
La declaración «Antes de que Abraham fuera, yo soy» fue introducida por esa fórmula de la cual se valió ocasionalmente cuando deseaba fijar la atención en un tema: «En verdad, en verdad». Además, esto era un contraste directo y deseado por su parte entre lo temporal y lo eterno. «Abraham era»; es un término de lo temporal; pero antes de eso, «Yo soy», que en ese contraste se convierte claramente en un término de lo eterno.
En el último de estos tres pasajes tenemos un resumen perfecto de toda la misión de Cristo como está registrada en los Evangelios, «Salí del Padre y he venido al mundo; otra vez dejo el mundo y voy al Padre».
Es imposible, e innecesario, que consideremos completamente el valor de estas palabras por separado. El hecho que hay que observar es que nuestro Señor se refirió a sí mismo de tal manera que la implicación de sus referencias es la de una existencia eterna. Es importante que notemos la persistencia de la Persona, del «yo», a través de estos pasajes: «Salí y vengo de Dios»; «Antes de que Abraham fuese, yo soy»; «Salí… he entrado… Salgo… y voy hacia…»
Adaptado de La Enseñanza de Cristo , Él mismo, por G. Campbell Morgan.
Publicado originalmente el 14 de septiembre de 2010.