¿Deberíamos rezarle a Jesús?
1. Jesús nos enseña a orar al Padre
Cuando sus discípulos le pidieron a Jesús que les enseñara a rezar, así es como les instruyó: «Cuando reces, di: Padre…» (Lucas 11:1-2). En la oración, debemos dirigirnos a Dios Padre. Esta debe ser la norma; es el patrón que Jesús nos da para seguir. Al dar esta instrucción Jesús no está prohibiendo la oración dirigida a otras personas de la Trinidad, nos está mostrando que la oración será ordinariamente dirigida a Dios Padre.
Este es un sentimiento reflejado por Pablo. Él escribe a los cristianos de Efeso de cómo, «A través de [Jesús] tenemos… acceso al Padre por el único Espíritu» (Ef. 2:18). Esta es la postura de toda la vida cristiana, y el patrón para nuestra oración: por el Espíritu, por el Hijo y al Padre.
El Espíritu nos mueve a rezar al Padre
Como Pablo explica el papel del Espíritu Santo en la vida del creyente, una de las cosas que enfatiza es cómo el Espíritu nos da confianza para acercarnos a Dios en la oración. De hecho, es por el Espíritu que clamamos, «Abba, Padre» (Gálatas 4:6; Rom 8:15). Esto no es casual. Jesús mismo gritó estas mismas palabras en su propia oración (Marcos 14:36). El Espíritu está moviendo a los cristianos a dirigirse al Padre en el mismo lenguaje que usa Dios Hijo. La oración es una forma de expresar la filiación que tenemos a través de Jesús.
Esta es la forma normativa de la oración y refleja la forma de las relaciones dentro de la Trinidad: el Hijo vive por el Espíritu al Padre. Mientras rezamos, entramos a través de Jesús en esta dinámica eterna y feliz.
2. La oración también debe dirigirse al Hijo.
Sin embargo, el Nuevo Testamento no prohíbe que la oración se dirija a Jesús (o al Espíritu). De hecho, hay una serie de ejemplos de personas que rezan directamente a Jesús.
- En los Hechos, mientras Esteban es asesinado reza: «Señor Jesús, recibe mi espíritu» (Hechos 7:59).
- El penúltimo versículo de la Biblia es una oración a Jesús: «Amén». Ven, Señor Jesús» (Apocalipsis 22:20).
- El propio apóstol Pablo oró al «Señor» en ocasiones (ver 2 Cor 12:8, un título que Pablo aplicó frecuentemente a Jesús).
Ejemplos como este nos dan un precedente para hacer lo mismo – es bueno, correcto y apropiado rezarle a Jesús. (No hay ejemplos de rezar directamente al Espíritu, pero podemos asumir que esto tampoco está prohibido).
Dado el precedente bíblico de rezar a Jesús, y considerando todo lo que Jesús debe significar para sus seguidores, sería extraño que un cristiano nunca rezara a Jesús. En este sentido nosotros deberíamos rezarle; debería ser natural clamar a él en adoración por todo lo que ha hecho, y por ayuda para seguir sus pasos. Pero también podemos ver que la oración no debe siempre ser dirigida a él. Jesús mismo nos enseña a rezar al Padre.