¿Qué significa el desgarro del velo del templo?
De todos los maravillosos signos que acompañaron la muerte de nuestro Señor, ninguno fue más significativo que la ruptura del velo en el templo. La oscuridad del mediodía durante tres horas debe haber sido un acontecimiento sorprendente. El terremoto, que rompió las rocas, debe haber sido una tremenda conmoción. Pero había un significado en la repentina rotura del velo de arriba a abajo, que debe haber atravesado el corazón de cualquier judío inteligente. La conciencia de Caifás, el sumo sacerdote, debió ser muy dura, si la noticia de ese velo rasgado no lo llenó de consternación.
El rasgado del velo proclamó la terminación y la desaparición de la ley ceremonial. Era una señal de que la antigua dispensación de sacrificios y ordenanzas ya no era necesaria. Su trabajo se hizo desde el momento en que Cristo murió. Ya no había necesidad de un sumo sacerdote terrenal, de un propiciatorio, de una rociada de sangre, de una ofrenda de incienso y de un día de expiación. El verdadero Sumo Sacerdote había aparecido por fin. El verdadero cordero de dios había sido asesinado. El verdadero propiciatorio fue finalmente revelado. Las figuras y sombras ya no eran necesarias.
Ese desgarro del velo proclamó la apertura del camino de la salvación a toda la humanidad. El camino hacia la presencia de Dios era desconocido para los pueblos no judíos – y sólo visto tenuemente por los judíos – hasta que Cristo murió. Pero como Cristo había ofrecido un sacrificio perfecto y obtenido la redención eterna, la oscuridad y el misterio iban a desaparecer.
Todos debían ser invitados ahora a acercarse a Dios con audacia y acercarse a Él con confianza por la fe en Jesús. Se abrió una puerta y se presentó una forma de vida ante el mundo entero. ¡Que todos recordemos esto! Desde la muerte de Jesús, el camino de la paz no debía estar nunca envuelto en el misterio. No debía haber ninguna reserva. El evangelio era la revelación de un misterio que había estado oculto durante siglos y generaciones. Vestir la religión ahora con misterio es confundir la gran característica del cristianismo.