¿Qué era la lepra en la Biblia?
Signos y síntomas de la lepra
El gran erudito de la cultura judía, Edersheim, dice que la enfermedad que hoy llamamos lepra comienza generalmente con dolor en ciertas áreas del cuerpo. Sigue el entumecimiento. Pronto la piel de tales manchas pierde su color original. Se vuelve gruesa, brillante y escamosa… A medida que la enfermedad progresa, las manchas engrosadas se convierten en llagas y úlceras sucias debido a la falta de suministro de sangre. La piel, especialmente alrededor de los ojos y las orejas, comienza a amontonarse, con profundos surcos entre las hinchazones, de modo que la cara del afligido comienza a parecerse a la de un león. Los dedos de las manos caen o son absorbidos; los dedos de los pies se ven afectados de manera similar. Su garganta se vuelve ronca, y ahora no sólo se puede ver, sentir y oler al leproso, sino que se puede oír su voz chillona. Y si se permanece con él durante algún tiempo, se puede incluso imaginar un sabor peculiar en la boca, probablemente debido al olor.
La lepra en la biblia
La lepra es una imagen física vívida y gráfica de la profanación espiritual del pecado. El pecado es feo, repugnante, incurable y contaminante; separa a los hombres de Dios y los convierte en parias. Las instrucciones dadas a los sacerdotes en Levítico 13 nos ayudan a entender la naturaleza del pecado: El pecado está dentro de nosotros, más profundo que la piel (Levítico 13:3); el pecado también se extiende (Levítico 13:8); el pecado siempre contamina y aísla (Levítico 13:45-46); y así como las prendas leprosas sólo sirven para el fuego (Levítico 13:52-57), los que mueren vestidos de pecado arderán para siempre.
Pero entonces vino Jesús [Marcos 1:40-45]. Cuando el intocable es tocado por Jesús (cf. Levítico 13:42), «Inmediatamente la lepra lo dejó y fue curado».