¿Jesús creía que era el Hijo de Dios?
Es evidente que Jesús tenía una autocomprensión mesiánica, pero eso significa más que el hecho de que fue ungido. Cualquier profeta o sacerdote podría afirmar eso. No, la unción de Jesús es más que eso, hay un sentido divino. Él es el Hijo de Dios.
Esa es la importancia de la parábola de los malvados inquilinos de los viñedos. En esta historia contada por Jesús, el dueño de la viña arrienda su lugar a los arrendatarios, pero cuando el dueño envía a un sirviente tras otro a cobrar su parte, los arrendatarios los golpean. Finalmente, el propietario envía a su hijo querido, y lo matan.
Cuando la parábola es interpretada en su contexto, vemos que el dueño de la viña es Dios, los arrendatarios representan al antiguo Israel, y los sirvientes simbolizan a los profetas. El punto es claro: Dios envió a su Hijo. De lo contrario, Jesús sería un mensajero más, un profeta más. No, Dios envió a su Hijo, y ese Hijo es Jesús.