Un breve mensaje de Judah Smith que cambió mi vida
Hoy estoy haciendo algo diferente con mi publicación. No es así como normalmente comparto contenido en DailyPS. Sin embargo, escuché claramente que Dios me dijo que compartiera este breve mensaje de Judá Smith. ¡Creo que Dios quiere usar esto para cambiar vidas! Tómese unos minutos para ver el video de arriba.
Contenido
- Jesús murió por nosotros mientras aún éramos pecadores; Hemos sido salvados por gracia.
- La sangre de Jesús es suficiente para tu salvación. Su sangre es suficiente para sostenerte a través de cada desafío y cada pecado y cada tentación.
- Sigue siendo Jesús. Siempre será Jesús. Nunca dejará de ser el poder de Jesús.
- Judah Smith es el pastor principal de la Iglesia de la Ciudad en Seattle, Washington. Puedes aprender más sobre su iglesia aquí.
Jesús murió por nosotros mientras aún éramos pecadores; Hemos sido salvados por gracia.
La mayoría de los cristianos reconocen y «saben» que son salvos por gracia. Pero luego pensamos que es nuestro desafío y tarea para sacarnos del pecado. Pero, ese no es el evangelio de la gracia. Nuestro mayor desafío no es nuestra falta de disciplina, devoción o enfoque. Nuestro mayor desafío es realmente creer y comprender el evangelio de la gracia.
La sangre de Jesús es suficiente para tu salvación. Su sangre es suficiente para sostenerte a través de cada desafío y cada pecado y cada tentación.
Soy una persona muy disciplinada, pero, como todos, tengo días de debilidad. A veces me equivoco y me encuentro viviendo pecaminosamente. A menudo le pregunto a Dios: «¿Por qué no soy más fuerte?«Básicamente, le pregunto a Dios por qué mi autodisciplina no es lo suficientemente fuerte como para vencer la tentación y el pecado. La verdad es que la respuesta no se encuentra en mi propia fuerza. Se encuentra al rendirse y aceptar lo que Dios ya ha hecho por mí a través de Jesús.
Sigue siendo Jesús. Siempre será Jesús. Nunca dejará de ser el poder de Jesús.
Mi mayor conclusión de este video es que es no sobre mí. Es todo acerca de Jesús. Necesito dejar de ponerme en el centro de atención tratando de ser el que supere mi pecado. Necesito entregarlo a Dios. Vencer el pecado nunca vendrá de mi autodisciplina. Solo viene de un lugar de rendición ante Dios y comprensión del evangelio de la gracia. Necesito recordar que soy Barrabás.