¿Quieres hacer más? Empieza pequeño.
«Siento que debería hacer más por Dios», compartió un amigo recientemente. Sin embargo, ella ya tiene un trabajo a tiempo completo y compromisos ministeriales. ¿Cómo puede hacer cosas más grandes cuando apenas tiene tiempo para dormir?
Sentí su frustración, porque he estado allí. Por muchos años, me molestaba donde Dios me tenía. Mi trabajo no era lo que había planeado hacer después de graduarme, y no me sentía eficaz o como si estuviera haciendo una diferencia.
Lenta y dolorosamente, aprendí algo que parece contrario a la intuición: nuestra mayor influencia está en la pequeña fidelidad ahora.
Contenido
¿Pero qué pasa si no tenemos mucho para dar?
A veces, la cuenta bancaria puede bordearse peligrosamente cerca del rojo, o no hay un segundo libre en nuestro calendario. Pero cada uno de nosotros tiene algo único para dar.
¿Recuerdas a la viuda de Marcos 12? ¿Qué pasaría si no le hubiera dado dos monedas pequeñas, porque se sentía demasiado avergonzada o avergonzada por lo mucho que otras personas estaban dando?
Publicación relacionada: ¿Por qué la vida es tan dura?
Sin embargo, como Jesús señala, ella realmente dio más, porque compartió su pobreza. Esa pobreza puede tomar muchas formas (financiera, relacional u otra). Jesús no exige una cantidad específica, sino que nos pide que hagamos más con lo que tenemos.
La generosidad no tiene nada que ver con una etiqueta de precio y todo que ver con la condición de nuestros corazones.
Ser fieles en las pequeñas cosas nos prepara para futuras oportunidades.
Una de mis parábolas favoritas que Jesús cuenta es sobre los talentos. No estoy hablando de talento como en América tiene talento pero como en una unidad de dinero del Nuevo Testamento. Según la New American Standard Bible, un talento equivalía a unos quince años de salario. No es exactamente el cambio de bolsillo.
En la historia, un propietario rico confía sus talentos a tres sirvientes para que los administren mientras viaja. Reciben cinco, dos y un talentos, respectivamente, «cada uno según su propia habilidad» (Mateo 25:15 NKJV).
Cuando regresa, los dos que invirtieron sabiamente ambos reciben el mismo elogio. En otras palabras, la cantidad de dinero que ganaban importaba menos que el hecho de que ambos lo manejaran fielmente. Como resultado, el maestro los promueve a una mayor responsabilidad. En cuanto a quien no hizo nada con su talento, el maestro lo despide, para poner su castigo muy bien.
Tal vez su trabajo o su horario se sienta mundano y sin importancia, pero la consistencia aquí, ahora mismo hace toda la diferencia. La verdad es que deberíamos hacer más con la materia prima de hoy en lugar de perder el tiempo con lo que sucede. Nunca experimentaremos las recompensas de la fidelidad mañana si no practicamos la disciplina hoy.