Listas benignas, listas de vida y listas de vida
Vivimos en un mundo lleno de listas. Básicamente tenemos tres tipos de ellas: listas benignas, listas de vida y listas de vida.
Vivimos en un mundo lleno de listas. Básicamente tenemos tres tipos de ellas: listas benignas, listas de vida y listas de vida.
Las listas benignas son como nuestras listas de compras, listas de tareas o listas de tareas. Son en su mayoría inofensivos a menos que dejemos que el segundo tipo de lista los corrompa.
El segundo tipo de lista es una lista que toma vidas. Este es el tipo de lista con la que más nos encontramos pero que quizás no nos demos cuenta. Puede manifestarse de muchas maneras. Por ejemplo, se puede mostrar a través de las palabras de un padre abusivo.
- No eres lo suficientemente bueno.
- Eres un desastre.
- Nunca deberías haber nacido.
- Nunca llegarás a nada en la vida.
También se podría mostrar una lista de vida a través de las palabras de revistas seculares y medios de comunicación que resaltan continuamente nuestras deficiencias.
- Cinco razones por las que estás solo.
- De quebrado a rico en seis pasos.
- Siete formas de un mejor cuerpo.
Sin embargo, dado que las listas de vida son tan frecuentes, a menudo damos por sentado las muchas listas de vida que Dios nos da en las Escrituras, tales como:
- Las ocho bienaventuranzas (Mateo 5: 1-12)
- Los nueve frutos del espíritu (Gálatas 5: 22-23)
Cuando Dios nos da listas, las quiere decir para nuestro bien y para su gloria. Las listas de Dios no siempre son gravosas, pero cuando se sienten arduas, nos pide que le pidamos fuerzas.
Las personas comunes también pueden crear listas de vida, pero con demasiada frecuencia las listas creadas por personas terminan tomando vida en lugar de dar vida. E incluso si una lista creada por personas da vida, deja de dar vida cuando la defendemos más de lo que defendemos las listas de Dios.
Contenido
¿Cómo debemos operar?
Pero todo lo que se dice, enumere. Dios escribe listas y, por supuesto, queremos imitar sus acciones. Solo tenemos que proteger nuestros corazones y recordar que nuestras listas nunca serán más vitales que las que ya nos ha dado.