La vida no se trata de esperar a que pase la tormenta, sino de aprender a bailar bajo la lluvia.
Leí una cita en un correo electrónico de amigos hoy que has escuchado, pero voy a robar y compartir en esta publicación. Decía: «La vida no se trata de esperar a que pasen las tormentas, se trata de aprender a bailar bajo la lluvia».
Como hago con la mayoría de las cosas, relacioné esto con los deportes. El golf y el fútbol me vienen a la mente cuando pienso en deportes en los que hay que saber jugar bajo la lluvia. Solo se detienen cuando hay iluminación y, por lo tanto, es necesario practicar cómo competir en estas condiciones. Para el fútbol sé que los equipos usan ejercicios de «pelota mojada» y hacen que sea un punto para practicar cuando realmente está lloviendo afuera. En el golf, se está preparando con el equipo adecuado (ropa de lluvia, guantes, etc.).
En ambos casos, es una forma muy diferente de jugar el juego que puede haber aprendido en condiciones perfectas o casi perfectas. Si bien no prefiero jugar bajo la lluvia, entiendo que a veces solo hay que hacerlo.
Dios nos llama a «bailar bajo la lluvia» a través de las tormentas de la vida. Ser seguidor de Cristo no siempre es sol, piruletas y arcoiris (referencia aleatoria de Leslie Gore). Pero solo porque no sea un clima perfecto, no significa que debamos correr adentro y no continuar jugando este juego que amamos (Seguir a Cristo). Satanás quiere empujarte adentro y no compartir el amor de Jesús con los demás. Te prometo que vendrán tormentas en tu vida, y habrá momentos en los que no te sentirás como un seguidor de Cristo. Tal vez eso es ahora. Pero en esos momentos, te animo a recordar que Jesús vino antes que nosotros, y nos dio una gran hoja de ruta sobre cómo bailar bajo la lluvia y superar las tormentas y luchas que enfrentamos. Cuanto más lo hagas, más fuerte te volverás y comenzarás a recibir las tormentas en tu vida.
Santiago 1: 2-4
Considérelo pura alegría, mis hermanos y hermanas, cada vez que enfrentan pruebas de muchos tipos, porque saben que la prueba de su fe produce perseverancia. Deje que la perseverancia termine su trabajo para que pueda ser maduro y completo, sin faltar nada.