¡La única imagen perfecta para creer es Jesús!
Me he dado cuenta de que muchas personas que no siguen la fe cristiana tienen esta visión de los cristianos como personas que piensan que son perfectos y mejores que los demás. Hay una razón por la cual los no cristianos tienen este estereotipo sobre los cristianos. Quizás esa razón es porque estamos ignorando nuestro pecado diario y creyendo que nos estamos salvando de nuestro propio pecado. ¿Cómo podemos esperar que las personas pecaminosas (todos) sigan a Jesucristo si no reconocemos que somos pecadores? Como creyentes en Cristo, debemos seguir su perfección debido al reconocimiento de nuestra imperfección. Ser imperfecto es la base perfecta para que Dios nos use para su gloria. Cuando comenzamos a creer que Dios puede usar nuestra imperfección y confiamos en la promesa de Dios, somos libres de reconocer nuestro pecado e injusticia y vivir en libertad para amar a los demás y dar a conocer el nombre de Jesús.
La Biblia nos dice que los creyentes son uno con Cristo y que caminamos en unidad con Él. Todos somos partes separadas del cuerpo y Cristo forma la cabeza. ¡Somos UNO con Cristo! ¡Nos ha aceptado a su propia imagen! No hemos ganado esta unidad en nuestra propia acción, sino por la gracia salvadora de Dios que envió a Su Hijo perfecto para que podamos obtener Su justicia. Esta unidad con Cristo hace que nuestra imperfección sea perfecta; nuestras debilidades fuertes; nuestra injusticia es justa. Pero siempre debemos reconocer que nuestras formas pecaminosas y nuestra incapacidad para permanecer sin pecado son lo que nos muestra nuestras necesidades de vivir una vida centrada en Cristo. En nuestro testimonio como creyentes, debemos estar dispuestos a mostrar transparencia en nuestras deficiencias y fallas del pasado que aún están por venir.
2 Corintios 5:21 – Porque hizo al que no conoció pecado ser – estar peca por nosotros, para que podamos llegar a ser la justicia de Dios en él.
Efesios 2: 8 – Porque es por gracia que han sido salvados, a través de la fe, y esto no es de ustedes mismos, es el regalo de Dios.
Pensamientos:
¿Somos lo suficientemente humildes como para mostrar nuestros fracasos?
¿Le creemos a Dios lo suficiente como para usar nuestros fracasos para nuestro bien y para Su gloria?