Cómo aprendí a comenzar a confiar en Dios incluso cuando es difícil
Confiar en Dios puede ser algo difícil en nuestras vidas; especialmente cuando las cosas son desconocidas! Confiar en Dios aun cuando es difícil es algo que hacemos como cristianos.
Lo desconocido es un lugar aterrador. Es una tierra de nadie donde el miedo crudo se manifiesta en tu alma y te hace dudar de todo lo que alguna vez supiste. Es una vasta extensión abierta de nada. Los peligros son desconocidos, y las sombras acechan en las esquinas. Aquí está oscuro y nada es reconocible. Así es como se siente lo desconocido y es aterrador. Aquí es donde entra confiar en Dios.
He estado allí muchas veces para contar. Tengo una y otra vez, caído de rodillas, susurrando una oración angustiada. Una oración por la paz por mis pensamientos atormentados. Mis lágrimas son un recordatorio de todo lo que no sé y de las cosas que más me asustan.
He detestado no estar en el «saber«Desde que era una niña pequeña. ¿Es porque tiendo a ser un fanático del control, o tal vez es porque tengo miedo? Miedo de que las cosas no salgan a mi manera, y miedo de que si renuncio al control la vida se desmorone a mi alrededor. En esencia, soy un gato asustadizo. Me aterra lo desconocido y a menudo estoy atascado en mis formas de renunciar al control.
Dios me ha mostrado que tengo un problema al confiar en su fidelidad. Entonces, Él me ha estado pasando por un período de confianza, y no ha sido fácil. Dios me está destetando de lo que actualmente sé y me está mostrando un nivel completamente nuevo de fidelidad. Me está mostrando que es confiable y que siempre lo será; no importa qué. Él está sanando mi corazón y me está enseñando a confiar nuevamente.
La confianza no se aprende en un día. Todavía tengo un largo camino por recorrer. ¡Pero es posible sanar y es posible volver a confiar!
Confiar en Dios: ser vulnerable, honesto, incómodo y abierto con Él.
A veces es tan difícil confiar en lo desconocido. Pero estoy convencido de que Dios tiene un hermoso plan para ti y para mí. Este es un plan que es mejor, más grande y más brillante de lo que podríamos soñar para nosotros mismos. Superará nuestra comprensión y podrá satisfacer nuestras necesidades. Mi verso favorito lo explica bien.
“Porque sé los planes que tengo para ti”, declara el Señor, “planea prosperar y no lastimarte, planes para darte un futuro y una esperanza. Entonces me llamarás y vendrás a rezarme, y te escucharé. Me buscarás y me encontrarás cuando busques con todo tu corazón. – Jeremías 29: 11-13 NIV
Dios nos ha llamado a cada uno de nosotros a dar un salto de fe. Nos ha llamado a caminar sobre el agua con Él, en los tiempos difíciles, durante lo peor de nuestra tormenta. Por favor, no seas como Peter, que dudaba que pudiera caminar sobre el agua con su Salvador. (Mateo 14: 27-31 NIV)
¡Aproveche la oportunidad confiando en Dios! Arriesga tu corazón y arriesga todo lo que crees saber. Confíe en Él sin importar cuán pequeño sea, porque Él solo necesita que sea tan grande como una semilla de mostaza.