¿Abandono para Dios o para algo de Dios?
¿En qué piensas cuando escuchas la palabra abandono? ¿Has abandonado el mundo por Dios? ¿Todo lo demás es segundo para Él?
No sé sobre ti, pero solo leer o escuchar la palabra abandono me asusta un poco. Nadie quiere estar solo o quedarse atrás, pero eso es exactamente a lo que Dios nos llama. Quiere que abandonemos todo de nuestra vida para seguirlo, sin excepciones.
Pero, debemos tener cuidado y verificar nuestras intenciones cuando tomamos esa decisión. ¿Es nuestro abandono por Dios o por algo de Dios?
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Comercialismo en nuestra sociedad
Vivimos en un mundo tan comercializado hoy con contenido que se nos lanza constantemente. De acuerdo con la American Marketing Association (AMA), somos bombardeados con hasta 10,000 anuncios por día o 3,650,000 por año. La AMA también establece que las personas cambian entre pantallas hasta 21 veces en una hora.
Esto equivale a la capacidad de atención de una persona durante solo 8 segundos. Entonces, dependiendo de tu velocidad de lectura, ¡tengo suerte si has llegado tan lejos en la publicación!
Con tanta competencia, los anunciantes han aprendido a atender sus anuncios a personas en un nivel más personal. Intentan vendernos a un nivel emocional que se centra en nosotros y en nuestros deseos.
Soy tan culpable como cualquiera por caer en estos mensajes de vez en cuando. Pero, aquí es donde debemos tener cuidado de no dejar que entre en nuestra relación personal con Dios.
Abandonando todo por Dios
En Marcos 10:28, se cita a Pedro, uno de los 12 discípulos, diciendo: «¡Hemos dejado todo para seguirte!» Peter no dijo: «Estoy dejando todo atrás porque quiero ser liberado de mi pecado y ser santificado.«Todo eso es el resultado de estar bien con Dios. Abandonar todo no es para nada, es porque queremos todo de Dios.
Nos hemos comercializado tanto en nuestro pensamiento que solo acudimos a Dios por algo de Él, y no por Él mismo. Es como decir: «No los quiero a todos, Señor, solo quiero al Espíritu Santo para poder tener una versión limpia de mi ser actual». Si solo le damos algo a Dios porque queremos más, el Espíritu Santo no está en nuestro abandono. Luego nos queda un sentimiento miserable de interés comercial.
Nos hemos comercializado tanto en nuestro pensamiento que solo acudimos a Dios por algo de Él, y no por Él mismo.
Ahora, no se desanime, porque todas las cosas que queremos a cambio de nuestro abandono es con lo que Dios nos bendecirá. Es un subproducto natural del genuino abandono de uno mismo para seguir a Jesús. Tenemos que tener la postura correcta del corazón al dar todo a Jesús para que Él nos transforme y nos bendiga con una vida abundante.
Preguntas de solicitud:
- ¿Has visto a Dios bendecirte cuando te entregas completamente a él?
- ¿Qué te ayuda a mantenerte en el estado mental de abandono correcto?